La historia en nosotros

"Somos por primera vez en nuestra historia, contemporáneos de todos los hombres"....Octavio Paz

sábado, 27 de febrero de 2010

Un inv(f)ierno con el Gog de Papini

“He demostrado científicamente y dialécticamente
que todo puede brotar del Gog de Papini”
Juan José Arreola al recibir el premio Juan Rulfo en 1992




Este invierno es buen momento para leer “Gog”, la novela más famosa de Giovanni Papini donde el mismo autor encarna a un personaje que admira a Gog, protagonista de la historia, un tipo al que conoce en el manicomio y que carece de escrúpulos. La novela es ambientada en una época bélico-fascista a inicios de los años 30; se desarrolla en un argumento curioso y acético a su vez, y donde se pone en entredicho a la ideología religiosa, el sistema ideológico-político y las viejas costumbres del hombre blanco.
Es evidente la posición literaria y filosófica de la obra y muchos consideran que Gog es el mejor trabajo literario de Papini, seguido de “libro negro”. Para Papini el primero era una crítica al sistema hegemónico, y el segundo una conclusión de la degradación del hombre después de la Segunda Guerra Mundial.

El mismo Juan José Arreola afirmó que “Gog es un mundo de señales innumerables que apunta a personas, a cosas, a obras, a objetos literarios, a situaciones espirituales, a crisis”*, demostrando la gran influencia latinoamericana que ha tenido estos libros de inviernos.

El logro de este libro no fue la complejidad de la escritura, sino en la originalidad de su estilo: loco por sí mismo y defensor a ultranza de su propio arte. Así Papini siempre raya entre lo filosófico, lo poético y lo metafísico.

La primera letra envuelve a lector de una forma asidua, obscena, delincuente, lo que la hace ser frágil y elegante. Papini sobrepasa los límites, no le basta contar cosas mal o bien planteadas, el intenta mencionar las locuras de Gog, sus gustos mundanos, burdos, pero retóricos, pacíficos, de algunos métodos experimentales poco éticos o morales: coleccionar gigantes, corazones de cerdos, comprar huesos de famosos, financiar proyectos científicos que hagan a los hombres bestias, comprar países.

El narrador nos sorprende con sus reflexiones, ¿qué importa si vio un par de entes, un jorobado, científicos locos, caníbales, homicidas inocentes, intelectuales, revolucionarios? Sí siempre asombra con la sencillez de la palabra, la palabra harmónica que resplandece en las conciencias y el corazón del hombre cualquiera, mundano, frustrado, religioso, político, delincuente, absurdo, estúpido, el adjetivo pasa a ser desapercibido en el mundo de Papini. El punto máximo siempre es la libertad de hacer, leer y pensar, en palabras de Papini: “pues esta es la cosa más cara en sentido económico y moral”**.

La mirada crítica y sigilosa se hace presente en cada relato, siempre todo es al revés, Papini observa en lo sencillo, allí donde el ojo racional no puede llegar a ver, en esos pequeños detalles teóricos-filosóficos, como el pensar en una historia contada del presente al pasado, una literatura universal majestuosa pero burguesa y clasista, la importancia del estudio de los piojos, la industria de la poesía, etc.
Gog está rodeado de elementos que describen vivencias y cosas fuera de lo común, producto de todos sus viajes, lugares o escenarios, totalmente desfasados de la lógica usual y de lo cotidiano: ciudades abandonadas, las nuevas esculturas, la fortaleza en el mar, una isla con códigos antimorales pero justificables y conscientes.

En términos simples, Gog se encuentra fuera de mecanismos establecidos en la sociedad industrial, en la grandeza de la liberación “de las costumbres de la propia raza”** (la europea en este caso), en medio de la nada y la complejidad del todo como un saber inapropiado, de esa existencia degradada por el sistema político y económico, ahí, en ese rincón que tienen “solo los que han gustado de todos los poderes, cuyo refugio es la impotencia".**
Así que Gog no es una recomendación cualquiera de lectura, sino más bien, una provocación para el descubrimiento de lo más próximo al sentido de la vida y al reconocimiento del mundo por sus pequeñeces, en sitios inimaginables, en plena observación mundana, excéntrica, excepcional y cotidiana. Es también un reto a mirar con atención aquellos lugares poco explorados por la razón pura.

* Marco Antonio Campos. 1986. De viva voz (Conversaciones con escritores), México: premia, Consejo Nacional Para la Cultura y las Artes.
**Giovanni Papini. 1961. Gog. 5ª° edición. México: ed. Diana

1 comentario:

CARBALHO dijo...

SIN DUDA HERMANO:: PAPINI ES LECTURA OBLIGADA PARA MENTES INQUIETAS...

SALUDOS