La historia en nosotros

"Somos por primera vez en nuestra historia, contemporáneos de todos los hombres"....Octavio Paz

martes, 30 de marzo de 2010

Un día, un Noviembre y tres amigos…

Noviembre del 2008, 1:30 am


*
Las noches de Noviembre  suelen ser irónicas en el sentido más obtuso de la palabra abrazo y a su vez, el significado más completo de una tarde lluviosa; los momentos comprendidos por el recuerdo y la nostalgia, son los primeros canallas alicientes a la reflexión de que existió un más allá o como dijese la gran distancia, “el menos allá”. La incertidumbre de la felicidad y la posibilidad de la soledad, convergen en la ruptura mental del yo mismo, del “aquel concierto de historia marxista”, del “seré el no yo”. Allí, en medio de esa nada pudiente de misterios y turbas, sentado en una no silla, mirando un no horizonte, contemplando un infinito de verdades y mentiras necesarias de la vida, comprendía que uno tiene amigos o por lo menos, entes allegados a su existencia de forma simple o aforma compleja, de sentido subjetivo y de amor objetivo, de risas y mares, de lágrimas y sudor de hiel.
La obscuridad es el rayo de luz más claro para el pensamiento, y la meditación produce una efervescencia excitante en corazones de los falsos poetas que ni rimas se saben. Cuán amarga es la vida sin los entes allegados a la existencia nuestra, a las sustancias vivas, contempladas por el accidente de lo anormal.
Noviembre me ha mostrado tres imágenes, tres rasgos de la imaginación vespertina, tres partes de mi incertidumbre, tres tiempos que mostrar.

I
Que dulce es estar rodeado por las implicaciones de un amigo poeta, aquel que en sus frenesís de mil amores y pasiones absurdas de mil rencores, estrecha su palabra en mano, escuchada por un viejo corazón vano. ¡Cuán esperanzado eres amigo poeta! Que en medio de tus versos breves encuentras paz en los corazones infértiles y amargos de los pensamientos vagos de los rehénes del ayer. ¡Cuán amable eres amigo poeta! Tus melodías hechas argento de sílabas, conmueven los volcanes puros de ira y los valles cantores de hermosas armonías. ¡Cuán ingenuo eres amigo poeta!, pensando que con la letra bella y la literatura obesa, puedas redimir o dar felicidad a las almas amargas, obscuras por su sus viles vidas, y sin embargo… ¡Cuán admirable eres amigo poeta!, por tu esperanza e indiferencia hacia la tragedia o alegría de las vidas muertas y la muerte en vida, de las sonrisas malévolas, de las princesas chuecas y las damas de compañía que demuestran su vergüenza a la altura de sus faldas, de los curas incurables y grotescos, de los moros en España, de los hispanos en Teotihuacán.
¡Cuán amigo eres  poeta! ¡Cuán poeta eres amigo! ¡Cuánta vida hay en nosotros!… Hoy no te encuentro en mis letras, no estás en la no silla poeta, no pares de versar, ni de pensar en la literatura obscena, no dejes la música de Dvorak.
II
No reflexiones más, detén el tiempo de kierkegaard, no discutaís más a Heidegger, no vuelvas loco a Nietzsche, contempla la calma, no imites a Siddhartha. No me vengas amigo pensador con estupideces de la trascendencia del hombre ¿Qué no entiendes mi necedad por lo sencillo? Mi existencia no es complicada ¿Cuál es la sustancia de tus reflexiones compañero? ¿A caso crees que las reflexiones me llevarán a una realidad más ideal, más tranquila, más llena de paz? Mucho tiempo turbaste mi corazón, lo llenaste de soledades convertidas en preguntas sin fin ¿Por qué te importa mucho la existencia? ¿Por qué rebuscas al ser? ¿Por qué defines el método?  ¿Por qué indagas en mí?  ¿Por qué defines a Dios? ¿Por qué te importa la conciencia?
Sin embargo, gracias te doy amigo pensador, aunque el pensamiento sea ambiguo y carente de meditación - y digo carente porque mi comprensión no asimila la dialéctica de la que tanto me hablabas- son varias las gracias que te doy, por permitirme ver fuera de la burbuja en la que el “nosotros” perciben realidades ajenas, una mirada al “otro”, una razón fuera de la lógica sistémica, una simple y detallada comprensión de mi condición cartesiana del universo.
Cada fin de semana visito el café de nuestras tontas e irracionales charlas, donde tú me atormentabas con las aseveraciones de la filosofía y las crueldades epistemológicas de la ciencia y de la vida. Nunca me hubieras mentado a Comte, aún me molesta el dogma científico, prefiero mil y una veces a mi amigo el poeta,  no por sus letras, si no porque sin saber filosofar comprende mejor la vida que la filosofía, tú bien sabes que Comte nunca incursionó bien en ninguna de las dos…
¡Que momentos aquellos! Tus ojos destellaban hirsutas miradas cuando mentabas a Hegel, tus manos tomaban furtivamente la copa de esos vinos de Leipzig,  seguías tratando de refutar las percepciones subjetivas de la idea y la materia. Cuán furioso estabas con Hegel.
Ahora que el conocimiento ha ganado la carrera y no he podido alcanzarlo, me doy cuenta triste amigo, sobre la obviedad del pensamiento. Sé qué los filósofos no lloran, piensan, y que las ofensas para ellos no son más que silogismos mal hechos, pero creedme amigo, eso al igual que el hombre, es perecedero, es vano; nunca se te ocurrió explicarme la inmortalidad, ahora estamos pagando las consecuencias.
Gracias amigo, tu mano filosófica ha guiado a mis pies insipientes en disfrutar el no conocimiento de mi conciencia sin razón y lógica no suprema, no está de más decirte acerca de las demasiadas veredas tomadas por la conjetura, por mis andadas en la filosofía del error, ahí he encontrado la no tranquilidad que embelese mi alma, ahí soy más que feliz, soy austero, procuro ser, no estoy loco compañero, recuerda que me enseñaste cien sofismas, los cuáles comprendí solo uno: “el no estar cuando se existe, el existir cuando se esté, el estar cuando no se existe”, de ahí la importancia de que al final de cuentas no haya comprendido la estructura, pero sí el mensaje de la negación del pensar que entendería fácilmente. En otras palabras viejo amigo, no hay filosofía pura, hay caminos diferentes de la vida y veredas conceptuales del método, no hay discusión, hay amor en el silencio, no hay lógica, hay obviedad, no hay una existencia, hay un ser, no hay un yo, hay una circunstancia, no existes tú, existe la ausencia del yo en ti, no hay un haber, hay una realidad, una vanidad, un suspiro, un goce, una libertad de vida.
III
Las estrellas claman a su reina, no saben que hoy no saldrá, siempre convergen a la misma hora, esperando la misma cita, la dama plateada de mirada cósmica y sonrisa poco ortodoxa. Mi desaliento por Noviembre comienza  a sentirse, la pesadumbre del clima y las contracciones galopantes de la incordura de la no silla, exigen que continúe con el último amigo, el amigo nocturno, el compañero de la nada, él que cuida cuando los niveles de inconsciencia son mayores que sus inversos.  
El destello de su luz, conmueve todos los procesos mentales, su forma es filosófica, su acento poético, su compañía incomparable, no necesita del pensamiento ni de la prosa, no crea líneas lógicas ni mucho menos coplas, es más, la locura y el poeta parecido tienen con mi amiga, así es silencio, le llaman amante. Tanto se escribe de ella, cuatro párrafos, dos prolepsis, tres ave maría y una mofa de taberna, pero ninguna se asemeja a su presencia, una amiga de ellas, es la unicidad de dos conciencias coincidentes entre sí, no llamaría Elena, aunque encuentra las debilidades más viles de los hombres, no encuentro un nombre claro para ella, ningún mote puede describir la maravilla de su estancia en esta tierra ¿A caso será María? Es posible si el significante de la misma no pierde la connotación de la imagen descrita por nadie en el laberinto de la coincidencia.
Esta vez te llamaré María, solo por mera coincidencia con lo que dije y con lo que tú piensas. Mi amiga María, no consideres esto como un poema, ni como algo concurrido a la reflexión, empecemos a hablar de otro tipo de lenguaje, tampoco sugiero la trova de Alejandro Santiago ó tus favoritos de Serrano, de esas algarabías de Filio o Aute, de Silvio o Delgadillo. El lenguaje que me enseñaste es una institución condicional de lo que parece ser, es, y es muy posible que será, no olvides el código de las incoherencias, de esas donde el batiscafo es más que un submarino y el abismo más que un espacio obscuro y vacío. No sueltes mi mano María, no sueltes el espacio de esperanza. Hoy no recuerdo tu nombre, pero sí tus manos, puede ser que no existas, pero ¿A quién le importa? ¿Si la memoria no está en la silla? ¿De qué hablamos cuándo cantamos amiga? ¿En qué creías cuando te bañabas en el destierro de la soledad inmersa en los mares del Caribe?  No pienses más en Benedetti querida, Botija nunca lloró, Goethe estaba confundido, yo no sabía si disertaba o hablaba mientras dormía, apenas distinguí el estudio con la comida.
Hoy, es un derecho al prevalecer en la extravagante fiesta del amanecer. Gracias amiga, por completar lo que no era mío, y mostrar las cicatrices de las almendras marcadas en los ojos de agua donde no llovía. Aunque sea monotonía, te diré como al poeta: ¡Cuán amable eres compañera! provocadora de mi abscisa mental, ¡Cuán buena eres! amante de día, princesa de noche; ¡Cuán deliciosa eres! póstuma de mi almohada y sinvergüenza de corazones, Reyna de damas y jugada perfecta de ajedrez; creo en ti como creo en las piedras, creo en tu palabra, como creo en las sábanas de la habitación, creo en tu claridez para conmigo como creo en los fantasmas.
No juegues conmigo amiga, ya no pienses tanto, podrías quedar como mi amigo el filósofo, aun sigue pensando que el conocimiento es el fin de sí mismo. ¿No quieres venganza María? Perdóname si él “aún te amo” sea una secuela y repetición humana, no pierdas la esperanza en que existe algo divino; espero tu venganza en el más allá, mientras, seré paciente con la almohada cerca del no horizonte, en una silla.

**
Es posible que Noviembre llegué pronto, cuántas cosas no quisiera imaginar para mis cuatro amigos, los únicos cuatro amigos, los que no me dejan en el barco, pero si en el bar,  prefiero el Coñac que el whisky, esta vez no permitiré meditar en la banqueta ni mirando la ventana sin estrellas, acaso Octubre podrá regresarme a Noviembre, es posible que Noviembre nunca llegue, mañana compraré una silla.   

2 comentarios:

CARBALHO dijo...

ESOS TRES AMIGOS NO SOLO ESTARÁN PRESENTES EN NOVIEMBRE SINO EN TODO EL BENDITO AÑO,, LO BUENO QUE PUEDES CONVERSAR CON ELLOS LAS VECES QUE DESEAS,, LOS LLEVAS DENTRO NODA...

SALUDOS!!

Safarizca dijo...

Me es muy grato poder comprender que esa cara de Eder, es la cara de Eder y nadamas, tal cual te conocí, tal y como eres aún cuando me diiste que sacabas seises y sietes de calificación.
Decir Noviembre me trae muchos recuerdos y vaya que esto le suma a los buenos tiempos. Un abrazo.